Algunos autores tratan de dividirla en períodos de acuerdo con el avance o significado que tuvo en la época en que actuaron. En tal sentido establecen los siguientes períodos:
1. Arte empírico. Abarca desde sus comienzos hasta mediados del siglo XV.
2. Divulgación del arte desde esa fecha hasta fines del siglo XIX.
3. Período Crítico - Científico: Se extendería desde fines del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.
4. Reordenamiento teórico - científico que se inicia a mediados del siglo actual hasta nuestro días en que nos vemos obligados a retomar los conocimientos y temas usados y replantearlos por los efectos de la inflación, las variaciones de los costos internacionales, la tecnología, los medios de control imperantes, la variación en las normas y en los principios vigentes y el tema acuciante: La información rápida y precisa.
LA ARGENTINA: En la Argentina es una de las profesiones más nuevas que existe a pesar de que el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Buenos Aires ya está cercano a su centenario y la función del contador data de la época de Rosas establecida por la ley de bancarrotas.
En todo momento hubo grandes hombres que dieron impulso a esta actividad que en su momento era una rama desprendida de la carrera de abogacía, así hallamos que uno de los primeros economistas fue un abogado formado en España en las universidades de Oviedo y Valladolid y que dio un importante impulso a esas inquietudes, ese abogado fue Manuel Belgrano: otro abogado destacado en esta profesión fue Carlos Pellegrini quien hizo mucho por perfeccionar los estudios de esa especialidad en el país y también se debe recordar a otro destacado abogado y decano de la Facultad de Ciencias Económicas Dr. José León Suarez y Pérez.
Los comienzos de este siglo no fueron muy descollantes en las técnicas contables; pero si lo fueron en la formación académica de economistas, financistas y matemáticos que comenzaron a egresar de la nueva Facultad de Ciencias Económicas.
Aparecen excelentes profesores y verdaderos maestros que forman, dialogan y transmiten sus conocimientos a los alumnos y a los estudiosos y las universidades se ponen a la cabeza de la enseñanza de esa disciplina; las de Buenos Aires y de Rosario son las que más se destacan.
No deseo dejar de lado mi reconocimientos a algunos autores que brindaron mucho esclarecimiento e hicieron mucho por la formación profesional y ellos fueron: ALBERTO AREVALO y FRANCISCO CHOLVIS, autores de importantes obras que aún ahora dejan sus raíces al ser usadas por los estudiantes.
La avalancha principal se produce a partir d ela década del sesenta con algunas obras escritas por autores argentinos que iban adaptando el saber de otros países al nuestro para luego encaminarse hacia la solución de nuestros propios problemas con nuestra propia forma de encararlos y tratando de resolverlos.
No podemos decir que todos fueron aciertos. En algunos casos sufrimos nuestras propias derrotas que luego nos dieron un nuevo impulso para retomar las cosas con mayor fuerza.
La inflación que viene soportando el país durante los últimos cuarenta años nos distrajo demasiado y nos insumió más tiempo del que hubiera sido conveniente destinar a ese flagelo que distorsiona todo y aniquila a las empresas y al propio estado gobernante con su gran incertidumbre.
En función de esa situación imperante debimos de aceptar la violación de muchos principios de contabilidad como fueron las múltiples leyes de revalúos contables y técnicos, el diferimiento de las diferencias de cambio para que no quebraran la mayoría de las empresas y el invento argentino del ajuste simplificado o integral por efectos de la inflación, sistema al que se le brindó demasiado tiempo y muchos años, pero que dejó un aprendizaje y una nueva manera de pensar para el futuro.
Las universidades encararon una nueva forma de enseñar la materia contable; ya tenemos buenos resultados y esperamos que cuando aumente el número de profesionales bien formados mayores y mejores serán las ventajas, pues ellos enfrentarán las dificultades con mayor espíritu de crítica constructiva y elaborarán soluciones para nuestros propios problemas, que no son iguales ni parecidos a los de otros países.
Son nuestras cosas con nuestra idiosincrasia y forma de verlas y de resolverlas en todo momento.
Hemos sacado a la luz una cantidad de normas y principios que nos han dado un panorama y un camino a seguir y si mañana ya no nos sirven porque hay otras razones mejores, con igual criterio que el aplicado antes elaboraremos nuevos principios que deberán ser tan buenos o mejores que los que usamos durante unos cuantos años: pero no se podrá intentar borrarlos o tacharlos porque no gusten a algunos sin que exista POR QUE y el PARA QUE serán reemplazados.
Las reuniones que se realizan en forma continuada, tanto a nivel nacional como internacional, nos permiten tener y mantener una formación muy adecuada en cada momento para encarar las soluciones que el futuro requiera. Esperamos también que cuando haya que tomar alguna determinación sobre temas contables e impositivos no se sigan haciendo las cosas sin previa consulta a los representantes que tienen a su cargo, la vigilancia o responsabilidad del caso y a su vez, estos recurran a los profesionales mediante reuniones a nivel nacional, las que son realizadas con bastante asiduidad y para que encaren y busquen soluciones duraderas y de consumo generalizado y no se hagan las cosas en beneficio de muy pocas con medidas que alcanzan a muchos.
Periodos de la contabilidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario